Cuando alguien inicia un negocio hay muchas dudas: Forma jurídica, modelo de negocio, ubicación física, colores corporativos…
Sin embargo, hay algo sobre lo que ninguna empresa o persona autónoma debería dudar: Necesita una Web.
Evidentemente, el tipo dependerá del negocio. Un restaurante no necesita lo mismo que un fontanero independiente, ni este lo mismo que una asesoría fiscal, una tienda de deportes o un profesional que trabaja únicamente online.
Pero todos los negocios necesitan tener presencia online. Y me refiero a presencia online propia, bajo su control.
En los últimos años he respondido muchas veces a «¿Debería tener Web?». Y mi respuesta siempre es la misma sin importar el tipo ni el tamaño de empresa: «Por supuesto».

También he respondido mucho a otra variante de esa misma pregunta: «¿Para qué quiero una web si…?»
- … ya tengo una página de Facebook / Instagram / Twitter / YouTube…
- … es un gasto elevado que no puedo amortizar.
- … mis clientes ya me conocen y saben dónde estoy.
Y es en estas variantes en las que voy a centrar este artículo. Quiero explicarte por qué necesitas una Web, aunque se dé alguna de estas 3 situaciones.
Vamos allá.
Índice
Si sustituyes una Web propia por cualquier Red Social, te equivocas por muchas razones.
Sí, ya sé que eso no pasa de un día para otro, pero desaparecen.
Un ejemplo muy reciente es Google Plus, que a principios de 2019 dejó de funcionar por falta de resultados. Otro ejemplo mucho más popular en su momento es Tuenti. Fue un referente entre el público más joven, una de las plataformas más usadas en nuestro país durante varios años y una Red Social que permitía ganar mucho dinero a las empresas que la usaban en su estrategia. A pesar de todo, desapareció para convertirse en operador de telefonía virtual.
No eran pequeños proyectos sin apenas financiación ni usuarios. Eran proyectos sólidos, con un plan, financiación, e incluso, un gran volumen de usuarios detrás.

¿Imaginas lo que podría pasar con tu negocio si tu estrategia online se centra en Facebook y un día deja de aguantar las embestidas legales que está recibiendo? ¿O si la centras en YouTube y Google decide que no es suficientemente rentable como ya pasó con G+ o Google Reader? ¿O si tu base es Twitter, pero surge una nueva plataforma que lo desbanca? Como se dice vulgarmente: Te quedarías a dos velas.
Sin embargo, si tu estrategia de comunicación se centra en tu propia Web y utilizas las Redes Sociales como herramienta de difusión y no como herramienta operativa, el golpe será mucho menor y podrás recomponer tu negocio mucho más rápido.
No hace falta que desaparezca. ¿Qué pasa si cambia las Reglas?
En 2010 tener una página de Facebook era un chollo. Podías llegar a cientos de clientes potenciales simplemente publicando un par de fotos o enlaces interesantes.
Pero un día Facebook decidió cambiar las reglas de juego y se sacó de la manga un algoritmo. Poco a poco el porcentaje de fans que veían las publicaciones empezó a bajar y hoy se sitúa alrededor del 6-8%, si haces las cosas bien. Se espera llegar a visibilidad 0 en poco tiempo.
Es decir, empresas y profesionales que dedicaron tiempo, esfuerzo y dinero en crear una comunidad, ahora necesitan pagar publicidad para llegar a ella.
La Red Social ha decidido apostar ahora por los grupos, lo que parece paliar ese efecto. Muchas de esas empresas están volviendo a gastar recursos en rehacer su comunidad en uno de ellos. ¿Qué pasará cuando Facebook decida que es el momento de monetizarlos y vuelva a cambiar las reglas en su beneficio?
Este es el ejemplo más claro, pero todas las Redes Sociales cambian sus normas de visibilidad y uso en algún momento.
¿Puede tu negocio sobrevivir a estas fluctuaciones y caprichos de empresas privadas que persiguen su propio beneficio? ¿Tienes capacidad para rehacer toda tu estrategia de principio a fin y adaptarla a las nuevas condiciones, si el cambio es inminente o no se anuncia públicamente?
Si has decidido basar tu estrategia en la creación de contenidos, la mayoría de Redes Sociales tampoco son el mejor sitio para ello.

Puedes hacer la mejor publicación de Instagram o el mejor tweet de tu vida. Si dentro de unos meses quieres recuperarlo para volver a compartirlo, te costará grandes esfuerzos. Especialmente en algunas Redes Sociales cuyo buscador es una castaña.
En cambio, con tu propio Blog de contenidos podrás volver a compartirlos tantas veces como consideres necesario, con bastante facilidad e incluso de manera automática. En una Red Social o en 20 distintas, la plataforma no te limitará.
Eso dejando de lado el hecho de que, a poco que hayas cuidado el SEO, también te servirá como punto de entrada para nuevos clientes potenciales que hoy en día no te conocen.
¿Y si quieres hacer Publicidad en otras plataformas?
Si tu «centro de mandos» es Facebook o LinkedIn, ¿cómo harás una campaña publicitaria en Google Ads, por ejemplo?
¿Dirigirás las visitas a la página y que allí descubran cuál es el siguiente paso? ¿Cómo contabilizarás cuántos de los contactos obtenidos llegaron realmente a través de esa publicidad? ¿Cómo sabrás si esa campaña mereció la pena y deberías repetirla, o si te ha costado dinero? ¿Por «sensación»?
Sin embargo, tu propia Web te permite crear páginas específicas para cada campaña. No sólo para contabilizar, sino también para orientar la venta según el cliente. ¿O crees que quiere encontrar lo mismo alguien que buscó «zapatillas de running» que quien escribió «casco para bicicleta»? Ambos son productos de una tienda de deportes, pero cada visitante debe ir a una URL distinta, si quieres tener opciones de vender.
Conclusión del Argumento 1:
Me he extendido mucho en este punto porque es una de las razones que más frecuentemente encuentro como motivo para no tener Web propia, y una de las que más consecuencias puede llegar a tener.
Usa las Redes Sociales, claro que sí. Pero hazlo para potenciar una estrategia que desarrolles en tu propia Web. Pase lo que pase, tendrás control sobre tus contenidos, mucha mayor capacidad de acción y, sobre todo, de reacción ante cualquier situación de las que hemos visto, especialmente los cambios en sus políticas y condiciones. Aunque muchas veces pase desapercibido, las Redes Sociales están constantemente moviéndose y cambiando.
Argumento 2: Una Web es muy cara, sólo la amortizan los E-commerce

Lo primero que tienes que hacer es dejar de pensar en una Web como un gasto. Es una inversión. Igual que la reforma de tu local o la rotulación de tu vehículo. Es una herramienta de comunicación que ayuda a la difusión y crecimiento de tu empresa. Incluso sin usarla para e-commerce o venta directa.
Te ayuda a obtener más reconocimiento para tu marca, llegar a clientes potenciales que nunca han oído hablar de ti, e incluso, a diferenciarte de la competencia, según como decidas usarla.
Y es verdad que hace años las Páginas Web tenían precios muy elevados, tanto de creación como de mantenimiento, ya que necesitaban personal especializado para gestionarlas. Pero ahora todo es mucho más fácil.
Puedes tener el tipo de Web que se adapte a tus necesidades por un precio muy asequible y fácilmente amortizable, si desarrollas una buena estrategia de venta y/o comunicación.
Incluso si subcontratas el mantenimiento técnico y te supone un gasto periódico, tener Web o carecer de ella puede ser la diferencia. Especialmente si te mueves en un mercado donde el marketing online todavía está poco desarrollado.
Piensa esto: ¿Cuándo fue la última vez que acudiste a Páginas Amarillas en vez de hacer una búsqueda en Google, para encontrar al profesional o empresa que necesitabas? ¿Y dónde acabaste encontrándolo, en su Web o en una Red Social?
Argumento 3: Mis Clientes ya me conocen
¿Y te basta con los que tienes, no quieres más clientes? Si es así, cierra esta ventana ahora mismo y ponte a hacer algo más interesante.
¡Ah, sigues aquí! Eso significa que sí quieres llegar a más gente. Entonces la herramienta que necesitas es una Web.
Pensemos varias situaciones:
- Vendes productos (eres una tienda de deportes, de productos para mascotas, ropa, alimentos ecológicos, haces artesanía…). Puedes crear una tienda online y vender fuera de tu ciudad, sin limitaciones por ubicación. Si consigues un buen posicionamiento de marca, esto puede suponer unos ingresos muy por encima de lo que estás facturando actualmente. Si tu producto es un tanto exclusivo y puedes comercializarlo en el extranjero, imagínate.
- Facilitas servicios que pueden ofrecerse de manera no presencial (asesoría, diseño, terapia, coaching, formación…). Puedes montar un Blog donde muestres cómo ayudar a tus potenciales clientes. Así generas confianza, captas visitas desde buscadores, publicando sobre temas que les preocupan y buscan, e incluso, mantienes el contacto con esos visitantes mediante una newsletter, pudiendo venderles más adelante.
- Tus servicios son presenciales (electricidad, masajes, peluquería, hostelería…). Si al ser un negocio local no te apetece desarrollar tanto tu presencia online, al menos permitirás que tengan información básica. Desde el típico mapa de ubicación con horarios, hasta explicar qué haces, por qué eres mejor opción que la competencia o cuál es tu especialidad.
Todas ellas son muy genéricas, pero seguro que alguna es aplicable a tu negocio. Usar una o varias (pueden combinarse entre sí) facilitará a tus potenciales clientes encontrarte a través de Google o publicidad offline, por ejemplo.
Argumento 4: No sé quien puede hacérmela
Aquí me toca barrer un poco para casa. Yo misma puedo ayudarte a elegir la Web que más te conviene, según lo que quieras conseguir, y crearla para ti. Mira las opciones que hay.
Resumiendo, Ventajas de una Web
Como el artículo me ha salido un poco más largo de lo que esperaba, voy a resumir todas las ventajas que tiene contar con una Web:

- Cada vez usamos más internet para todo. Una Web facilita que tus clientes y potenciales clientes te encuentren más rápido.
- Está bajo tu control y tu negocio queda menos expuesto a los vaivenes de empresas que buscan su propio beneficio.
- Los contenidos te pertenecen única y exclusivamente a ti, puedes reutilizarlos tantas veces como quieras, te permiten captar nuevos clientes potenciales, tus usuarios pueden compartir en la Red Social que quieran, no sólo en las que tú usas…
- Tus campañas publicitarias son más segmentadas, medibles y rentables.
- Puedes usar la URL propia para atraer nuevos clientes (es más fácil recordar pianosmanolo.com que linkedin.com/company/pianosmanolo).
- Te facilita obtener datos de potenciales clientes para seguir en contacto con ellos, cuando cierren el navegador.
- Si tu producto o servicio lo permite, puedes vender online a cualquier punto del mundo, incluso mientras tú no estás trabajando.
En Conclusión
Basar tu comunicación online únicamente en Redes Sociales es un error por distintos motivos. Debes usarlas como herramientas complementarias de difusión, por supuesto, pero nunca como base para tu negocio. Si lo haces, te arriesgas a ponerlo en peligro si alguna de esas Redes desaparece o cambia sus condiciones drásticamente.
Además, contar con una Web donde publicar contenidos, te permite explotarlos mucho mejor y de manera más estratégica. Tanto al crearlos para resolver búsquedas en buscadores y llegar así a más potenciales clientes, como reutilizándolos las veces que necesites y en momentos clave.
La publicidad es otro punto que podrás reforzar gracias a una Web. Tanto usando tu domino en publicidad offline como creando campañas más específicas en la online. Eso sin olvidar la posibilidad que te ofrece de captar datos de visitantes. Así podrás seguir en contacto una vez que han cerrado el navegador.
Ya ves que las ventajas son más que notables. Así que deja de darle vueltas porque la respuesta es evidente: Tu negocio también necesita Web.
Imagen ilustrativa del artículo de Dominik Hintz en Pixabay
Deja una respuesta